Fomentar el desarrollo del apetito del broiler durante las primeras 72-96 h de vida es esencial para obtener un lote sano desde el inicio.
El nacimiento del pollito es un punto crítico de la producción del broiler, debido a su inmadurez requiere una rápida transición para lograr un crecimiento tisular adecuado, y por tanto un mayor rendimiento. Esto implica suministrar suficientes nutrientes para asegurar el desarrollo de los sistemas cardiovascular, musculo esquelético, pulmonar, digestivo e inmunitario.
El pollito de un día cuenta con el saco vitelino unido al intestino, a través del cordón umbilical, que contiene suficientes nutrientes (carbohidratos, lípidos, proteínas, anticuerpos maternales, vitaminas, minerales y agua) para que sea autosuficiente inicialmente. Sin embargo, esta unión solo se mantiene durante las primeras 48 h tras el nacimiento, quedando patente el agotamiento del saco vitelino con la presencia del divertículo de Meckel en el examen post mortem. La presencia de saco vitelino sin absorber se atribuye a un manejo deficiente y/o infección.
Inicialmente, los lípidos de la yema constituyen la única fuente energética del pollito, siendo la primera prioridad lograr una transición exitosa desde la fuente energética endógena (yema) a una fuente energética exógena, que serán los carbohidratos del pienso durante las primeras 72-96 h.
Los pollitos que no desarrollan un buen apetito durante este periodo de tiempo tendrán un consumo de pienso más lento durante el crecimiento posterior, por lo que nunca alcanzarán su potencial de crecimiento óptimo.
Hemos de tener en cuenta que, al principio, los pollitos no saben que el pienso de iniciación es comida. Sólo tienen un comportamiento de picoteo instintivo hacia partículas interesantes, tales como partículas gruesas.
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Fuente: https://avicultura.info/claves-estimular-apetito-broilers-jovenes/